
Salvador Dalí creció en el seno de una família clásica ampurdanesa, lo que explica, en parte, su delirio por los placeres gastronómicos y también que de pequeño, manifestase reiteradamente su intención de dedicarse a la cocina.
En su mundo cosmopolita y universal, siempre se reservó un espacio para esta pasión por la cocina y la cultura del Ampurdan.
Entre el arte y la gastronomía hay también un vínculo importante: ambos se debaten entre la tecnica, la tradición y la innovación, y en el Ampurdan, por supuesto, entre el sentido común y el entusiasmo.
Por todo ello la gastronomía gerundense rindió su homenaje particular a Salvador Dalí, y lo hizo con un amplio abanico de menús dedicados al genio de l'Empordà, que se pudieron probar en diversos restaurantes de la zona, entre ellos su resturante favorito el Duran.
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